martes, octubre 19, 2010

HURACÁN EN MÉJICO

De nuevo el testimonio de una compañera en vivo y en directo. Hemos completado con información  ampliada sobre este fenómeno. Gracias Marina Higueras

HURACÁN EN MÉJICO

Hace unos años viajé con mi familia a Méjico, y, durante nuestra estancia, sufrimos las consecuencias de un huracán. Por suerte tan solo uno de Categoría 1 que es la de menor intensidad.

El día del huracán habíamos decidido ir a un restaurante al aire libre a cenar ya que no sabíamos nada acerca de que se aproximaba un temporal, por lo que fuimos sin. Una vez en el restaurante y nada más pedir la comida empezó a llover con muchísima intensidad y, al mismo tiempo, comenzó a soplar un viento fortísimo, tan fuerte que algunos manteles de mesas cercanas, sillas y cojines salieron despedidos. Los camareros, amablemente y a pesar de la dificultad de servir con semejante temporal, nos ofrecieron unas mantas para abrigarnos y no pasar frío, y nos intentaron poner a cubierto y que mantuviéramos la calma.

Al volver al hotel vimos que poco después de habernos ido al hotel nos habían dejado una nota diciendo que se iba a producir dicho fenómeno y que se recomendaba no salir del hotel durante esa noche.

Durante toda mi vida recordaré este día y creo que el resto de mi familia tampoco lo olvidará.

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¿Qué es un huracán?

Se trata de una perturbación ciclónica de área variable con un centro de muy baja presión atmosférica, "el ojo", alrededor del cual soplan vientos de una gran velocidad. Los huracanes son ciclones tropicales con vientos mayores a 117 kilómetros por hora. Se trata de los más fuertes de la Tierra y pueden durar hasta dos semanas bajo las condiciones atmosféricas apropiadas.

Conocer este fenómeno

Antes de definir qué es un huracán, es importante aclarar qué es un ciclón, éste es un área de baja presión atmosférica, en donde los vientos realizan un movimiento circular en rededor, el cual es contrario al de las agujas del reloj en el hemisferio norte (en el hemisferio sur el movimiento es al revés). Por lo tanto, los huracanes son ciclones tropicales con vientos mayores a 117 kilómetros por hora. Se trata de los más fuertes de la Tierra y pueden durar hasta dos semanas bajo las condiciones atmosféricas apropiadas.

En definitiva, el huracán es una perturbación ciclónica de área variable con un centro de muy baja presión atmosférica, "el ojo", alrededor del cual soplan vientos de una gran velocidad. Su organización, la cual es resultado de fenómenos atmosféricos variables, deriva en la contención de una cantidad acumulada de nubosidad y lluvias torrenciales.

El termino huracán es procedente del Caribe, donde los antiguos indios del grupo lingüístico de los Arawak lo llamaban "Hunraken", forma para nombrar a los ciclones tropicales bien organizados en el Océano Atlántico y en el Pacífico Oriental.

La temporada de huracanes en la cuenca del Atlántico comienza el 1 de junio y termina el 30 de noviembre. Esta cuenca comprende el Mar Caribe, el Golfo de México y el Océano Atlántico. El huracán produce dos tipos de efectos desde el punto de vista técnico: el efecto directo, que es cuando una región específica es afectada por vientos, lluvia y marejada generados por el huracán; y el efecto indirecto, que incluye únicamente uno o dos de los anteriores efectos.

Es importante destacar que los ciclones tropicales no se limitan al Caribe, sino que también se originan en otros lugares, por ejemplo: en China (el "Tai-Fung", que significa viento fuerte), en Filipinas (el "Baquis"), Australia (el "Willy-Willy") y en la Bahía de Bengala (el "Tifón").

Cómo se forma un huracán

El huracán obtiene su energía del calor y de la humedad del agua; en general sólo se forma cuando la temperatura de ésta es mayor a 26.5 grados centígrados, lo que explica el debilitamiento de los huracanes al acercarse a aguas más frías o al entrar en tierra.

El proceso por el cual un disturbio atmosférico se forma en un ciclón tropical, depende al menos de tres condiciones: el agua del océano tiene que ser mayor de 26.6 grados centígrados, producirse gran humedad como consecuencia de la temperatura de la evaporación del agua del mar, y como última condición debe haber un patrón de viento cerca de la superficie del océano que haga ascender el aire en forma de espiral hacia adentro.

De esta manera, se forman bandas de aguaceros que permiten que el aire se siga calentando y ascendiendo en la atmósfera. Si los vientos a grandes alturas son débiles, esta estructura puede permanecer intacta y las condiciones se pueden mantener propicias para que se siga intensificando. Estos violentos remolinos de nubes y vientos pueden alcanzar velocidades de más de 120 Km por hora y, en ocasiones, pueden exceder los 250. Es en este primer punto que el ciclón tropical se conoce como el ojo del huracán.

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